La Casa del Voluntariado de València ha acogido una jornada técnica imprescindible: “Tu voz nos importa”, centrada en escuchar, debatir y, sobre todo, comprender mejor al voluntariado juvenil. Una cita que no ha sido una conferencia al uso, sino una conversación viva entre quienes mejor conocen a los y las jóvenes: las entidades que trabajan codo con codo con ellos.
Cristina Martínez, directora de la Casa del Voluntariado de València, lo ha dejado claro desde el principio: “Personalidad, trabajo en equipo, desarrolla la empatía… desarrollamos ciudadanos activos. Queremos saber qué tipo de actividad interesa más a los jóvenes. Os hemos reunido aquí porque sois los expertos en jóvenes”. Y ese ha sido el espíritu de la jornada: aprender desde la práctica, desde quienes acompañan a la juventud en su compromiso social.

¿Voluntariado estructurado o espontáneo?
La conversación ha girado en torno a una pregunta clave: ¿prefieren los jóvenes un voluntariado más informal o uno bien estructurado? Las respuestas no han sido binarias. La realidad es más compleja: muchos jóvenes buscan flexibilidad, poder colaborar según sus tiempos, sin sentirse atados, pero también valoran un marco claro donde se sientan acompañados y útiles. Como ha declarado el presidente de la Plataforma del Voluntariado de la Comunitat Valenciana (PVCV), Miguel Salvador: “El voluntariado no es una obligación, es un estilo de vida. Si quieres, puedes sacar dos horas cada 15 días”, recordando que el compromiso no siempre se mide en cantidad de horas, sino en la actitud con la que se participa.

También se ha debatido sobre los horarios: ¿de mañana o de tarde? La mayoría ha coincidido en que la variedad es fundamental. Mientras que estudiantes pueden preferir actividades por las tardes, otros jóvenes con diferentes rutinas o cargas familiares pueden necesitar otras opciones. La clave está en adaptar la oferta, no en uniformarla.
¿Qué actividades motivan más?
Se ha puesto sobre la mesa un interés claro por acciones prácticas, con impacto tangible. Actividades como acompañamiento a personas mayores (representadas por entidades como Amics de la Gent Major), apoyo en salud emocional y adicciones (como las del Servicio de Adicciones del Ajuntament de València), o la participación en campañas de sensibilización, han resonado como ejemplos de voluntariado con sentido.

También se ha mencionado la importancia de integrar a los jóvenes en proyectos donde puedan proponer, diseñar y liderar, no solo ejecutar. Colaborar con los jóvenes para diseñar las medidas, como se ha pedido en la dinámica participativa “Concejalía escucha”, no es solo una sugerencia, es una necesidad si queremos conectar con esta generación.
Menos burocracia, más cercanía
Durante esa dinámica, que ha funcionado como una especie de buzón activo para la administración, las entidades asistentes —entre ellas Joventut VLC, Servicio de Voluntariado de la Universidad Católica, Asociación Contra el Cáncer o Proyecto Vivir— han pedido algo tan básico como transformador: menos barreras burocráticas, más accesibilidad, mayor cercanía institucional, y un compromiso real con los ritmos y necesidades de la juventud. Porque entender qué pueden ofrecer los jóvenes hoy, y cómo pueden hacerlo, es tan importante como entender lo que el sistema les exige.

Hacia octubre: una jornada construida desde la base
Todo lo reflexionado en esta jornada servirá como cimiento para la próxima gran cita de la Casa del Voluntariado: la jornada juvenil que se prepara para octubre. Una jornada que no se diseñará desde un despacho, sino desde el aprendizaje de jornadas como esta, desde las voces escuchadas esta mañana, y desde la convicción de que el voluntariado juvenil no se impone, se cultiva.

“Tu voz nos importa” no ha sido solo el lema del día. Ha sido una declaración de intenciones. Si queremos construir un voluntariado joven, vivo y sostenible, debemos seguir escuchando, adaptando y, sobre todo, confiando en que las y los jóvenes ya tienen mucho que decir… y que hacer.

